jueves, 19 de enero de 2012

POESÍA "ADIOS PARA SIEMPRE AMIGO"



“ADIOS PARA SIEMPRE AMIGO.”
(Poesía al recuerdo de mi amigo Pedro,
Revisor de FEVE)

En silencio te marchaste, ligero de equipaje,
No te despediste de tus amigos.
La arcana muerte te llevó para siempre,
En soledad te arrebató la vida, sin testigos.

El pitido de tu querido tren ha enmudecido,
Pasa a mi lado y no me saluda,
Mas tu triste recuerdo me deja afligido.

Ya nunca dirás a tu compañero ¡Eh pítales a esos¡
Te marchaste pronto, sin meter ruido,
Como viniste, te alejaste sin molestar,
Tan sólo Neru, tu perrito pudo despedirte,
Quien de verdad compartió tus  últimas penas y alegrías.

Corta vida, 51 años, pero muy sufrida,
No ha sido buena contigo,
Lloraste en tu obligado silencio.

Suspiraste por amores imposibles,
Imploraste amor al sordo destino, cruel…
Fatigado de la ardua lucha, ignorado por seres queridos,
En silencio de tu alcoba, te  entregaste a la negra parca.

Nudillos funestos llamaron a tu puerta,
Y de un certero guadañazo la siniestra señora arrebató tu vida.
De tu soledad, quedó tu cuerpo inerte tres días.

Cuando tu falta se descubrió, con flores y lágrimas,
Tus seres queridos te obsequiaron,
Pero faltó una mano que estrechara tu despedida.

Allí donde estés, fuiste bien recibido,
Amigo bueno, espléndido, cariñoso.

Miro a las estrellas para saludarte, pero nunca, nunca más
Oiré el silbido del tren, ni tú dirás, ¡eh pítales a esos¡

Autor: José Ángel Miyares Valle

miércoles, 4 de enero de 2012

POESÍA "ADIOS A MI JUVENTUD"


“ADIOS A MI JUVENTUD”

¡OH¡, juventud que te has ido,
Para nunca más volver.
Sueños desvanecidos, perdidos…
Con las sombras del anochecer.

Fuerzas que me abandonasteis,
Movimientos lentos y cansinos,
Peregrino errante sin deleites,
Fruto de largos años de camino.

Vi en el espejo un rostro arrugado,
Por las heridas del tirano tiempo,
Manos con dedos deformados,
Canas… testigos del sufrimiento.

Ante tal imagen desolada,
De mis pupilas brotaron,
Lágrimas cristalinas, plateadas…
Que  las mejillas surcaron.

¡En silencio lloré desconsolado!.

Autor: José Ángel Miyares Valle

lunes, 2 de enero de 2012